ÍÑIGUEZ PÉREZ ABOGADOS
Despacho de abogacía y gestión cultural.
Al derecho, por la cultura. Y a la cultura, por el derecho.

quiénES soMOS

Ángel Daniel Íñiguez Pérez, colegiado del Ilustre Colegio de Abogados de La Rioja nº 2363,  es el Letrado titular del despacho. Se graduó en Administración de Empresas y Derecho por la Universidad de Navarra (UNAV); durante el transcurso del doble grado, realizó un programa semestral en el IESE Business School y un intercambio de estudios semestral en la Universidad de Auburn (Estados Unidos). Además, obtuvo el Máster en Gestión Cultural por la Universidad Carlos III y sendos diplomas por su participación en el Curso experto en reestructuración Practitioner de Lefebvre (2022) y el Curso en Derecho Farmacéutico del Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona (2024).
 
Trabajó como asesor técnico-jurídico del Grupo Parlamentario Ciudadanos de La Rioja durante la X Legislatura de esta Cámara autonómica (2019-2023) y concurrió, por este partido político, como candidato a la Presidencia del Gobierno de La Rioja en las elecciones autonómicas de 2023. Es socio fundador, y ejerce como administrador único, de dos sociedades mercantiles: Producciones Anafilaxis, empresa de producción audiovisual y cinematográfica que ha recibido galardones en los festivales de Cannes, Tokio, Austin o Sitges; y FarmaSkills, dedicada a la consultoría y a la educación superior de los profesionales de la industria farmacéutica. Ha intervenido en la constitución de la Unión Riojana del Sector Audiovisual (URSA) y de la Asociación de Academias de La Rioja (ADA), de cuyas Juntas Directivas ha formado parte.

Servicios y sectores de especialiZACIÓN

El despacho presta sus servicios tanto a personas físicas como jurídicas y, aunque esté ubicado en Logroño, también ha trabajado con clientes de Madrid, País Vasco, Navarra, Cataluña o Comunidad Valenciana. Entre los servicios que ofrece, dentro de las áreas de especialización que se enumeran debajo, se encuentran: la defensa letrada ante las Administraciones Públicas y los órganos jurisdiccionales; el asesoramiento jurídico preventivo; el análisis y realización de planes estratégicos de proyectos; la elaboración de planes de viabilidad y reestructuración de empresas y de convenios concursales; la intervención en órganos societarios; y la redacción de dictámenes, informes, contratos o documentos de naturaleza jurídico-económica. Finalmente, como primera alternativa, siempre se intenta recurrir a los mecanismos de resolución extrajudicial de conflictos (arbitraje, mediación, conciliación, negociación) frente a la vía contenciosa-jurisdiccional.

Derecho de la empresa

Gestión de sociedades y gobierno corporativo; contratación mercantil, incluido el comercio electrónico; reestructuración y refinanciación de empresas; y procedimientos concursales.

Derecho administrativo

Autorizaciones y licencias; contratación pública; subvenciones; función pública (procesos selectivos); potestad sancionadora de la Administración; y reclamaciones de responsabilidad patrimonial.

Derecho laboral

Relaciones de trabajo (contratos y sus vicisitudes, y despidos); trabajo por cuenta propia (autónomo); y derecho de la Seguridad Social (prestaciones y pensiones, incapacidades, prevención de riesgos y accidentes de trabajo).

Derecho civil

Obligaciones y contratos, actos y negocios jurídicos; arrendamientos urbanos y rústicos; derechos reales sobre los bienes; herencias; y responsabilidad civil contractual y extracontractual (indemnizaciones).

Derecho de la I+D+i

Propiedad intelectual e industrial, tanto para startup tecnológicas como para proyectos culturales; diseño jurídico de programas piloto; financiación y fiscalidad; protección de datos y confidencialidad.

Derecho farmacéutico

Asesoramiento jurídico integral durante el desarrollo de medicamentos y productos sanitarios: investigación y ensayos clínicos, autorización y fabricación, comercialización y financiación, publicidad y regímenes de responsabilidad (farmacovigilancia)

NUESTRO DESPACHO

CÓMO TRABAJAMOS

Según concebimos la abogacía, no se agota en la defensa jurídica experta de un interés dentro de un determinado procedimiento, sino que alcanza una vocación superior: por un lado, arbitrar los medios para que ese interés pueda convivir con otros intereses en pacífica sociedad; y por otro, coherentemente con el lema del despacho (“al derecho, por la cultura”), educar a los clientes en una comprensión del derecho y las relaciones cívicas que pueda contribuir a la anterior aspiración. Así pues, no admitimos que se extirpe de este oficio la proyección pública de su poder transformador (su carácter de “servicio público”), que se le termine reduciendo a una teatral demostración de conocimientos, retórica y destreza técnica que permiten que, en el seno de un proceso judicial, un interés privado pueda preponderar sobre otro.
 
La capacidad de síntesis que se precisa para comprender y ofrecer una solución a cada caso exige, a su vez, un cierto espíritu
humanista: un conocimiento global de lo humano que excede de lo estrictamente técnico. El abogado debe ampliar sus inquietudes sociales y profundizar en su sensibilidad psicológica constantemente (además de su propia experiencia convivencial, la literatura, el cine o el teatro son buenas fuentes para alcanzar ambos propósitos), de tal forma que pueda satisfacer, con atino y finura, los componentes humanos que subyacen detrás de cualquier controversia jurídica. De alguna manera, puede apreciarse cada caso como una narración, en la que el Letrado debe acertar en cómo involucra su consciencia y  conciencia del Letrado con los personajes.
 
El buen abogado no solo debe dirigirse a persuadir al juez para que su posición “gane” (lo que, no obstante, debe ser su indudable objetivo inmediato), sino que debe esforzarse en persuadir a su cliente del componente ético trascendente que subyace en un modelo de organización social basado en el derecho, en cómo el derecho puede beneficiar a su propia vida y a la vida colectiva (segunda frase del lema: “y a la cultura, por el derecho”).  En fin, estamos convencido de que el ejemplo vital de la llevanza del asunto, ordenado hacia tales propósitos, marca el nivel de compromiso verdadero con el cliente y contribuye a una defensa exitosa de su interés.
 

Profundidad técnica y ética.

No asumiremos su caso sin un estudio preliminar a partir del que podamos proporcionarle un primer repertorio de soluciones concretas, meditadas y no superficiales.

Honestidad empática.

Su caso es mucho más que un expediente burocrático. Nos permitiremos la confianza de no atenderle solo como abogados, sino, cuando convenga, de aconsejarle como un amigo.

Comunicación didáctica. 

Mediante una comunicación accesible y sincera, procuraremos explicarle, de manera comprensible, la cuestión jurídica, el desarrollo del proceso y sus probabilidades.

Acompañamiento participativo.

Entre semana, estaremos disponibles para usted puntualmente. Le integraremos, con trasparencia y consenso, en la toma de decisiones que afecten a su interés.

Seguridad previsible.

La seriedad y la diligencia huyen de la improvisación, y por eso, desde el inicio de la encomienda, trazaremos un plan cuyos resultados podrá ir evaluando, además de que le iremos compartiendo los materiales que se generen.

Lealtad con los honorarios.

Suscribiremos una hoja de encargo (contrato) en la que le informaremos del contenido y precio de nuestros servicios para el recorrido principal del asunto; y a ello nos atendremos.

Contacto

Puede contactar con nosotros en

Teléfono
+ 34 625  578 840 adiniguezperez@icar.es
DIRECCIÓN

Avda. de Navarra, 14, bajo 26001 Logroño

Le agradecemos que concierte cita previa por teléfono, correo o formulario web. Posteriormente, y en función de la complejidad del asunto, se presupuestarán los honorarios de esa consulta y del estudio preliminar.
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